EL PRIMER ENAMORAMIENTO “PIANO,
PIANO”
Era muy niña, próxima a cumplir los once
años, y frecuentaba mi grupo de amigas. En esos tiempos, no estaban los juegos
de internet, ni las comunicaciones
modernas de ahora, los juegos y las diversiones se reducían a compartir
después del retorno de clase, reuniones
separadas de grupos bien definidos. . Las niñas de 10 , 11 y
12 años empezábamos a relacionarnos más entre nosotros y hacíamos grupo, donde
nos gustaba más pasar las horas hablando o jugar a juegos tranquilos, nos
contábamos aventuras y travesuras. Los chicos de esta edad también hacían
pandilla y sus juegos eran muy activos futbol, carreras, etc. En ese entonces, las chicas del
barrio conformaban un solo grupo de niñas, y los chicos entre ellos mi hermano,
el de los niños. Es más hasta se tenían
espacios diseñados como CLUB DE AMIGOS O AMIGAS.. en donde se prohibían acceso
de personas del sexo contrario. EN los
juegos que compartíamos hacíamos las clásicas “batallas, chicos vs chicas” y
casi nunca compartíamos un mismo espacio, a no ser en las fiestas en donde al
igual todos los chicos se colocaban en un extremo y en el contrario todas las
chicas… y de tanto en tanto, salían a bailar SOLO los que eran “ENAMORADOS”…
todos proveníamos de familias diferentes, divorciados, separados, con
diferentes formaciones, normas familiares, experiencias de vida,
esquemas de valores, etc. Pero en sí nos unía la edad en promedio (entre 10 y
13 años, etapa de pre adolescencia). La
mayoría de las chicas ya estaban con enamorados, y éramos pocas las que por entonces no los teníamos, y como se acerca
el cumpleaños de una de ellas, me decían que ya tenía que estar con alguien, y
para ello me buscaron a un enamorado dentro del grupo, un chico de 12 años, que
le preguntaron si quería ser mi enamorado, el cual le dijo que sí, y me
escribió una carta en la que me preguntaba si yo quería estar con el… Para
recibir dicha carta, mis amigas en complicidad con los amigos de este
chico, buscaron que nos encontráramos en
la esquina de mi casa, ambos grupos (mi
hermano no estaba porque estaba jugando), entonces el chico se acercó me
entrego la carta, yo la recibí, y nos
fuimos corriendo…ESO SE SUPONIA QUE ERA UNA ESPECIE DE ACEPTACION…al menos así
en mi inocencia, “LO ENTENDI”. Cuando
iba a abrir la carta para leerla, llego mi hermano, quien fue avisado por uno
de sus amigos de lo acontecido y me
quito la carta, y me dijo que se la iba a mostrar a mamá… me asusté mucho y me
quede llorando, mis amigas me consolaban y me decían que iban a hablar con mi
hermano para que no diga nada, pero igual me fuí a casa corriendo. Llegue y mi mamá estaba leyendo la carta, me
miró y me dijo …PASA Y COME..YA HABLARAS CON TU PAPA. Comí, no dije nada, y me acosté. No podía
dormir, y estaba que rezaba muy asustada.
Al rato llegó papá, y escuche que hablaba bajito con mi mamá… Papá nunca
me pegó, Mamá era la que normalmente me corregía, pero esta vez no me dijo
nada…sino espero a Papá.. y yo esperaba
de todo, una zurra, una llamada fuerte de atención gritos, etc.etc.,
pero PASO ALGO QUE ME MARCO MUCHO…Y QUE DE VERAS NO LO ESPERABA… Yo estaba
tapada hasta la cabeza con la colcha, y sentí que poco a poco me iba bajando la
colcha, y luego sentí un beso MUY TIERNO en el cachete, era mi AMOROSO PAPA…
que comenzó a acariciar mis cabellos, y con esa voz dulce que siempre conocía,
pero que esa vez la sentí mucho más amorosa, me dijo: “HIJITA,
PIANO, PIANO, SI VA LONTANO.” Era
una frase que a papá le gustaba decir en determinadas circunstancias, es una frase de origen italiano que invita a la PRUDENCIA
y su traducción sería “DESPACIO, DESPACIO, SE LLEGA LEJOS”. Y luego continúo, diciéndome, no te apresures a vivir la vida, hazlo con calma,
la vida es tan bonita que debes gozar, vivir cada etapa , que es bueno tener amigos y amigas, pero hay que darse el tiempo necesario para
conocerles bien, y actuar por decisión
propia y no por presión de nadie, que llegara el momento adecuado para
enamorarme de una persona que reúna las cualidades y características que yo
deseara, pero para tomar este tipo de
decisión debo antes aprender a VER , EXAMINAR , PENSAR DELANTE DE DIOS, cada cosa que vaya a hacer, despacio, con calma... y una vez que decida...
que no tenga miedo, confíe en lo que Dios te dice que es lo mejor, ASÍ , que
“PIANO, PIANO”. Y me dió un beso dulce, me volvió a tapar, y se fue. No dije ni una palabra, sólo muchas lágrimas
caían en mi rostro, fue el más dulce llamado de atención a mi vida, que me
marco para siempre.
Al día siguiente,
escribí una carta a este chico, y se la dí a mis amigas para que se la entreguen. En ella
decía....”TERMINAMOS”.
CIERTO ES :
El primer amor es un pilar en la vida de los niños, es parte de una experiencia de vida y a partir de ahí se moldeará parte de su personalidad, aprenderá a tomar decisiones y manejar su confusión emocional. En este proceso los padres son los guías y para ello hay que fomentar el diálogo, entender que es lo que le llama la atención del otro, tomar sus sentimientos con respeto. No se trata de imponer o exigir, sino de escuchar y entender. Enamorarse de niño o niña evidentemente no tiene la misma connotación que enamorarse de adolescente o de adulto. Es cierto que los niños poseen sentimientos intensos que son volcados a sus compañeros de estudios o de juegos de quienes se sienten atraídos, pero así de intensos tal como aparecen, desaparecen. Estos sentimientos tiene sus aspectos positivos porque le permiten al mismo desarrollar su sensualidad, sus sentidos, apreciar lo bello, gracioso, sincero, alegre, la edad, de la otra persona que le gusta. Los sentimientos que nacen de este enamoramiento son simples y llenos de ternura, se aprecian las cualidades espirituales, psíquicas, emocionales, sociales, la bondad, amistad y belleza que a diferencia del enamoramiento de adolescente se agrega los atributos sexuales.
El primer amor es un pilar en la vida de los niños, es parte de una experiencia de vida y a partir de ahí se moldeará parte de su personalidad, aprenderá a tomar decisiones y manejar su confusión emocional. En este proceso los padres son los guías y para ello hay que fomentar el diálogo, entender que es lo que le llama la atención del otro, tomar sus sentimientos con respeto. No se trata de imponer o exigir, sino de escuchar y entender. Enamorarse de niño o niña evidentemente no tiene la misma connotación que enamorarse de adolescente o de adulto. Es cierto que los niños poseen sentimientos intensos que son volcados a sus compañeros de estudios o de juegos de quienes se sienten atraídos, pero así de intensos tal como aparecen, desaparecen. Estos sentimientos tiene sus aspectos positivos porque le permiten al mismo desarrollar su sensualidad, sus sentidos, apreciar lo bello, gracioso, sincero, alegre, la edad, de la otra persona que le gusta. Los sentimientos que nacen de este enamoramiento son simples y llenos de ternura, se aprecian las cualidades espirituales, psíquicas, emocionales, sociales, la bondad, amistad y belleza que a diferencia del enamoramiento de adolescente se agrega los atributos sexuales.
Como padres siempre preocupa poner los límites correctos,
de manera que puedan desarrollar su vida social teniendo presente los valores
que se trasmiten desde la familia. No se
trata de fomentar conductas inadecuadas o apresuradas para la edad que tiene,
ni tampoco subestimarlos y sobreprotegerlos tampoco. Se trata de controlar los
encuentros y dialogar sobre el porqué de las prohibiciones. Dios, que es amor y vive en una comunidad de amor, al
crear al hombre a su imagen y semejanza le ha conferido una vocación como la
suya: una vocación al amor. Este amor es
siempre don de sí mismo. Si lo hacen individualmente vivirán la virginidad;
cuando establecen una comunidad de amor, la viven en el matrimonio. En la
actual situación socio–cultural se hace muy necesaria brindar una educación
afectivo-sexual a los niños, a los adolescentes y a los jóvenes para desarrollar una sexualidad madura que busque la realización armónica de la persona en
valores sensibles, éticos y morales, que
logre la
educación de los sentimientos y tendencias humanas, entre las que el amor tiene
carácter primordial. La familia es la primera comunidad de amor y en ella se
forman los hijos en el verdadero amor, y son los padres, quienes cuentan con la
gracia de estado recibida en el sacramento del Matrimonio, para ayudar a sus
hijos en su crecimiento humano y cristiano. Como padres es importante
respetar sus necesidades de individualidad. Pero hay que centrarse en unas reglas básicas (pocas
pero firmes) e insistir en lo fundamental, darles la oportunidad de sentirse capaces de tomar decisiones y
responsables de sus acciones, proporcionarles nuestro apoyo, comprensión y amor
incondicional. Lo ideal, es mantener en lo posible una actitud abierta para escuchar a
nuestros hijos qué piensan, sienten o desean. Tratar de no juzgar y criticar
basándonos en prejuicios o miedos. Lo ideal es tener la confianza con nuestros hijos e hijas de preferencia desde pequeños, aunque, NUNCA
ES TARDE para aprender a relacionarnos y conocernos.
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