domingo, 17 de agosto de 2014

RECUERDOS DE LA VIDA...RECUERDOS DE AMOR.


UNA NOCHE DE ESTRELLAS...LUCES QUE ALUMBRAN EL RECUERDO DE PAPA…
Hoy ví una estrellita muy lejana que apenas alumbraba..en medio de tanta neblina de Lima, y me acorde de una noche totalmente diferente, un cielo muy negro en donde brillaban muchísimas estrellas.. aunque el viento era frío, susurraba en mi oído un silbido suave…como quien quiere prevalecer un sonido, un ruido blanco con la boca: “sssshhhhh,  como cuando papá me susurraba para que me quedara quieta, tranquila, reposada. descansando en sus brazos.. con su mano fuerte, callosa por los trabajos, manos que amaba tanto y que suavemente acariciaban mi frente… esa misma sensación la reviví en una noche de estrellas, la primera vez que de noche estaba en Cusco, tierra de mi padre, lugar de sus recuerdos, espacio de sus vivencias, rincones de su alma.  Era mi primera noche estrellada en su Cusco, y ame ese cielo negro, esa brisa suave, que me trajo del cielo,  las caricias de mi padre. 
Muchísimos años después de fallecido papá, mi hermano se fue a vivir de joven al Cusco, y lo que menos hubiera imaginado es que en los Planes del Señor estaba escrito que ahí se casaría con el amor de su vida, tendría un hermoso hogar y le nacerían dos hermosos niños.  Al tiempo, nos sorprendió,  al nombrar PADRINOS DE BAUTIZO de su hijito menor a mi hermano mayor y a mí, “un ahijadito cusqueño” y fue motivo para visitar por primera vez, las raíces de mi padre.  No voy a escribir sobre su muerte, ni de lo desconsolada que me sentí, ni de esos detalles tan íntimos que quizás difícilmente se puedan referir o  interesar.  Prefiero escribir sobre cómo su presencia,  marcó mi vida  para siempre.  Más sí de un deseo que quedo pendiente con él, y que incluso en las últimas horas de su partida, la volvió a referir… “juntos, conoceríamos su tierra cusqueña”...  No pudímos hacerlo físicamente,  porque Dios le tenía reservado otro caminar al cielo, pero este primer viaje fue un encuentro con recuerdos de AMOR .
informacion-util-acerca-de-cuscoEl día que llegamos al CUSCO, fue muy especial, pues era de mañana, el cielo muy despejado  permitía  ver los paisajes naturales tan hermosos, y poco a poco fuímos primero ascendiendo a las alturas cusqueñas,  bordeando nevados, cordilleras, montañas, y luego ya en las alturas, divisar en una explanada un poco más baja, la ciudad del cuzco, me quede impactada por la vistosidad de la naturaleza y de la estructura lugareña, cuanto orgullo sentí en esos instantes  al saberme hija de un cusqueño heredero de toda esa majestuosidad de cultura…eran mis raíces y me sentí feliz de ello.  Llegamos junto con mi esposo, mi hermano mayor y su esposa.  Fuímos recibidos en la TERMINAL por mi hermano y su hijito mayor, quién me dió un hermoso ramo de flores...los aromas del  paisaje perfumaban mi  espíritu.

 



en su casa, nos recibió su esposa, mi comadre, una linda cusqueña, más amorosa joven mamá,  experta en los artes culinarios, heredera de la sazón cusqueña y arequipeña por sus propias raíces, administradora de su hogar, de su familia, amiga, esposa y compañera de mi querido hermano.. Lo ví a él tan feliz, que mi corazón no dejara de agradecerle a Nuestro Señor sus designios divinos para con mi hermano, traerlo de Lima, para hacerlo feliz en Cuzco…ese era su camino… Hasta ese momento, gozaba  el  espacio natural, arquitectónico y de sus moradores. En la tarde fue la ceremonia, en una Iglesia de belleza arquitectónica igualable sólo a la belleza de la ceremonia en sí, del bautizo de mis niños, que si bien fue la más sencilla, llenó los espacios de honda motivación y espiritualidad,  Dios mismo presente llenaba los altares de su inmenso amor  y bendecía a mis pequeños amores… Es Nuestro Señor y su amada Madre los que nos recibieron en su casa bendita, y desde su TEMPLO CUSQUEÑO, darnos su bendición, acaso la misma que recibiera nuestro querido Papá.  Luego paseamos por la Plaza de Armas.  Retornamos a casa y cenamos. Ya muy de noche, sin proponérnoslo, nos encontramos los  hermanos… Mi esposo se fue a descansar, lo mismo que la esposa de mi hermano mayor.. Mi Comadre, fue a atender a los niños, agotados por la actividad del día…y fue en ese momento, que Dios dispuso para juntarnos los tres,  en esa noche oscura,  en el patio de la casa, sentados en un sillón, mirábamos el cielo, tomando un mate de coca, para el mal de altura…
Que cielo más hermoso,  alumbrado por muchísimas estrellas, algunas muy juntas, otras muy distantes, y una que otra brillaba con mayor intensidad.. La luna estaba escondida entre las estrellas... mirábamos alrededor, y se veía en la profundidad levemente las sombras de las montañas, y uno que otro pico resaltaba por la nieve que las cubría… mi hermano me señalo a la distancia,  y nos dijo...”Allá,  detrás de esas negras montañas, esta PAURCATAMBO” … y cerrando los ojos,  mi corazón dibujo la imagen de nuestro Hugo, insuperable amigo, fiel confidente, incondicional apoyo, sabio consejero,  MI PADRE.
Cuantos recuerdos se me vienen a la mente cada vez que visualizo desde mi corazón,  la figura de mi Padre amado, lo dulce de nuestras conversaciones, sus  consejos,  sus empujes, todos esos momentos en que él y yo fuímos uno, donde en silencio, aún resuenan en mis oídos el “PIANO, PIANO”.  Mi amado Padre, un hombre como tantos,  pero de inigualable sencillez  y humildad,  de  un corazón grande,  espíritu fuerte,  pero a la par de una sensibilidad humana con  una vida llena de valores y virtudes. Era un hombre de palabra, honrado, trabajador,  enemigo de la mentira,  muy respetado y considerado por todos aquellos que le conocieron…El arte de sus manos, se traducía en sus obras de ebanistería, cada una de características  notables que llenaban de admiración a todo quien las observaba, arte de tallador heredado y perfeccionado, en su andar en la vida, forjando sus sueños, tallando su vida, nuestras vidas…  Tendría sus defectos,  como los tenemos todos, pero ahora, pasados los años, perdura en nuestro recuerdo todo lo bueno que hizo, todo su amor por nosotros. “Un hombre que amaba sus raíces, y me enseñó  a amarlas.  Sus consejos, nunca los dejaré, y  sus  ejemplos de amor y bondad, han quedado  grabados en mi ser.  Padre amoroso, compañero, amigo y  esposo de su Geno,  vimos y sentimos el gran amor que los unía, de sus metas y sueños, de sus triunfos y realizaciones, y también de sus penas y alegrías… ,  compartimos tantas cosas,  tantos momentos,  tantos te quieros,  tantos besos recibidos y dados, pero yo creo que siempre serán insuficientes para toda la vida que estuvimos juntos . Coexistíamos,  y quizás el hecho más especial de mi vida, es que compartimos el mismo día de cumpleaños, él  me decía que yo era su regalo, pero en realidad.. DIOS ME LO REGALO COMO PADRE…EL MEJOR..EL UNICO INSUSTITUIBLE..
Aquella promesa  pendiente de llevarme a conocer su tierra cusqueña,   se hace  presente en la memoria, y se hace realidad en esa noche,  pues estábamos ahí,  mirando el mismo cielo que una vez lo alumbrara quizá con esas mismas estrellas, y sentimos la caricia de la noche que invitaba al descanso, al sosiego del alma, a la paz...  y ahí en medio de ese silencio estábamos sentados e inevitablemente afloraron nuestros recuerdos y sentimientos y a través de ellos, la imagen de nuestro amado e inolvidable HUGO.   Conversamos, recordamos, revivimos.. y despertamos  todo aquello que siempre estuvo ahí,  metido en nuestro corazón,  muchos recuerdos  que apacibles,  dormían en  el silencio de la paz que brota del amor sereno, esperanzado... en el amor compartido por nuestro AMOR A DIOS, y que nos da la certeza que nuestro amado Papi está ahora en el Corazón de Dios, vive feliz en él, en una nueva vida, y que por FE, sabemos que más que nunca, unidos en nuestro amor,  Dios está en medio de nosotros,  en nuestros corazones de padre e hijos,  en nuestros corazones de hermanos,  ahora,  más unidos que nunca.  Esa hermosa noche de estrellas,  nos reunió a los hermanos en torno a los recuerdos vividos de nuestro amado Hugo, y sentimos , que sí,  esa noche, estuvimos juntos espiritualmente  con papá en su tierra cusqueña…

CIERTO ES :
Los recuerdos son imágenes que se quedan en la mente y sentimientos en el corazón;  más,  sin son agradables  se mantienen muy fuertes y se constituyen en  "RECUERDOS DE LA VIDA”, nuestros “RECUERDOS DE AMOR”.  Nuestros padres nos traen a este mundo y nos dejan en él regalándonos muchos dones. Nos dan la sabiduría para guíar a nuestros hijos y a todos aquellos que estén cerca nuestro.  Los niños necesitan más que nunca la presencia y la orientación de los padres en su vida familiar  y  es vital el papel  que desarrolla un padre en los años de formación de la vida del niño.  Esta presencia tiene un impacto positivo en principio  porque al tenerlo a su lado los niños enfrentan menos problemas de comportamiento, obtienen mejores resultados académicos y una mejor posición económica. Una definición del amor paterno estaría dada en la forma que el padre  está  presente en la vida de su hijo,  ayudándolo con sus necesidades físicas, emocionales, sociales y espirituales. El compartir tiempo, actividades, conversaciones y a sí mismo, significa un apoyo constante que los hijos perciben de forma duradera en sus vidas, y sin disminuir de ninguna forma la contribución que realizan las madres a la vida familiar.  La misión de los Padres se vuelca a EDUCAR a los hijos,  dejarles llegar a ser lo que pueden y quieren ser. Y para ello necesitan guíar a sus jóvenes hijos a un espacio vital amplio y libre para alzar sus propios vuelos. La palabra "educar" significa "conducir afuera": hemos caminado con nuestros hijos de la mano hasta ahora; pronto estarán a la puerta de la edad adulta, listos para emprender su propio camino, su propia vida… y el  Vivir consiste en construir futuros recuerdos.  El tributo más grande que se puede rendir a los padres es hacer fructífera nuestra vida de acuerdo al Plan que DIOS nos tiene soñado para cada uno de nosotros. Así se comprende que  viviendo según la voluntad de Dios los padres atraen las bendiciones celestiales sobre ellos y sobre toda la casa, y en  la Sagrada Escritura dice: “Así será recto a los ojos del Señor, tu Dios” (Deut. 12, 25).

Cuando muere una persona que queremos, nuestro amor hacia ella permanece intacto y, aunque pasen los años, el amor no muere. Cada hermano tenía una relación diferente con el padre que murió, esto marca una diferenciación en la forma de enfrentar esta pérdida y esto requiere su tiempo. Definitivamente se le extrañara, pero el dolor disminuye con el tiempo y permite que continúes con tu vida y su recuerdo forme parte de tí para siempre, pero poco a poco puedes hacer que deje de ser un recuerdo triste para convertirse en un RECUERDOS DE VIDA, en el que predomine más el amor que sentiste hacia esa persona y lo que te aportó, que el dolor de su pérdida, porque ahora sabemos que goza de la felicidad y paz eterna, y la semilla de fé que dejó en nosotros , los hijos crece día a día más fuerte, y su legado de vida se transforma en RECUERDOS DE AMOR. Tranquila y feliz será la muerte de los padres y madres de familia que forman a sus hijos en la vida cristiana. “Mientras viva, se alegrará de verlo, y a su muerte, no sentirá ningún pesar” (Eclo. 30, 5).
 

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