Hoy es un día muy frío, un tanto melancólico y me ha traído a la
memoria algunos chispazos de recuerdos. Entre ellos uno que en su momento no
tuvo mayor significación por la edad en la que ocurría o quizás por las
circunstancias de la vida propia de la niñez… En una tarde de invierno,
estábamos en el colegio de primaria en plena formación de ingreso, ya habían
tocado la tercera llamada a formación y faltaba una amiga con quien compartía
mucho mis horas de estudio y , minutos de recreo. Ambas éramos pequeñas, creo que estábamos con 7 u 8 años
de edad. Mi amiga era morena, de cabellos negros ensortijados y largos, su mamá
ya había fallecido mucho tiempo atrás y su papá un moreno alto se volvió a
casar (en realidad no recuerdo bien) con
una señora de tez trigueña con quien tenía una hija pequeña también de tez
trigueña.. Mi amiga una vez le había llamado mamá y esta señora le pego porque
le dijo que era la esposa de su papá, y que ella debía llamarle SEÑORA…Le tenía
poca paciencia, o casi nada, y su función aparte de limpiar y hacer las compras
era cuidar de la pequeña hermana, ante cualquier situación, siempre le caía su
llamada de atención y luego le cogía de sus cabellos, era muy fácil porque como
los tenía largo y con rulos sus dedos se enredaban y se los jalaba muy duro…
muchas veces cuando llegaba al colegio, llegaba con los ojos rojos , y yo le
preguntaba y siempre me contaba las cosas, luego ya no le preguntaba solo le
daba la mano y nos íbamos al aula, ahí nos poníamos a jugar y lo olvidábamos
todo, hasta la salida que volvía a su casa. Era muy tímida, solo jugaba
conmigo, estaba mal en sus notas y por ello siempre citaban a la Señora y eso
la molestaba mucho, su papá salía muy temprano a trabajar y regresaba muy de
noche. Pero también habían días donde la
Señora la trataba bien, le compraba ropa, y otras cosas más. Bueno, ese día mi amiga llego tarde,
corriendo se puso en la formación, y ví que se cogía el estómago; le pregunte
que tenía, y me contó que se había demorado en darle de comer a la nena, y la
Señora estaba que le gritaba que fuera además a tender la ropa lavada, en eso
apurada se puso el uniforme y se dió cuenta que la basta de su falta se había
soltado, y corrió a coserla, ni tiempo tuvo de sacarse la falda , entonces
comenzó a coserla, en eso entró la Señora y le jalo los pelos hacia abajo,
gritándole que por qué era tan demorona!!, que iba a llegar tarde, y que sí la
volvían a llamar del colegio no iba a ir
y que la boten del colegio por tardona…en ese momento, ella no sintió nada,
pero la aguja que cosía se le introdujo en el estómago y por más que trato de
sacársela, en su desesperación se metió totalmente, por miedo a la Señora y a
otros golpes no le dijo nada, y salió corriendo. Llegó al colegio y comenzó a
sentir que le dolía la barriga…
Yo me asuste, llame a nuestra
profesora y le conté todo…la profesora llamo al profesor de Física y otra
profesora fue a buscar a sus familiares. Mi amiga lloraba mucho, más que de
dolor por miedo porque no quería que llamaran a la Señora, yo me quede parada,
sólo le cogía su manito. Y también se me caían las lágrimas. El profesor la
alzo en brazos y la llevaron al Hospital.
Nuestra Profesora nos hizo rezar
por ella, y todos pedimos a Nuestro Señor que la sanara. Al rato nuestra
profesora nos contó, que pudieron extraerle la aguja, le hicieron un pequeño
corte y que estaba descansando en su casa.. Ví conversando a la Directora con
la Señora y el papá de mi amiga. Cuando salí
del Colegio, fui a verla a su casa, y la Señora desde la ventana me dijo está
bien, ahora no pueden molestarla. Salí a
la calle, y por su ventana mi amiga me gritó, ¡¡mañana me traes lo que han
hecho en clases.. MAÑANA VOY A ESTAR BIEN!!y me levanto la mano…fue suficiente
para mí, era mi amiga y sabía que iba a estar
mejor, porque todos rezamos por ella, y DIOS ESCUCHA NUESTRA ORACION.
CIERTO ES:
La mayor parte de
los seres humanos vemos el hogar como un lugar de amor, paz y compañerismo, donde
compartimos con nuestros seres queridos al final de un largo día de trabajo, de
estudio, y más cuando se es niño, lo percibimos como lugar de refugio donde
estamos a salvo de cualquier daño,
comemos, jugamos, descansamos, dormimos…
Recomponer
una familia, no es nada fácil, la ausencia de la madre o del padre marca un
aspecto traumático en los niños. Y el deseo de cubrir esa ausencia, luchar
contra la soledad o la responsabilidad que implica el cuidado y desarrollo de
los hijos es una tarea que se desea compartir ya sea con la presencia de una
nueva pareja. Surgen muchos aspectos a
considerar, desde el hecho de por sí, ser pequeños, podría facilitar un
entendimiento, pero ahí también suele presentarse la situación de querer
imponer una presencia, una autoridad, y ahí es cuando se exceden los niveles de
entendimiento llegándose a la imposición verbal y muchas veces físicas. La obediencia es importante, pero también hay que tener en
cuenta que algunos errores se deben a la imperfección propia de la edad. Y esto
se aplica incluso para todos, no se debe reaccionar de forma. La disciplina
debe templarse con el amor. El recordar
que ya no se tiene a uno de los padres, duele, pero no son huérfanos, no son
los hijos de nadie, porque finalmente son HIJOS DE DIOS. Entender las emociones
de los hijos requiere discernimiento y empatía.
Estas cualidades son fundamentales cuando se disciplina a los hijos y que ésta sea coherente. Toma tiempo fomentar nuevas relaciones. Ganarse el amor y el respeto de los hijos que no son propios puede ser una tarea colosal, pero no a la fuerza ni al miedo, ni a la violencia. Los golpes generalmente producen daños físicos, pero a su vez el castigo envía mensajes psicológicos destructivos para las víctimas, ejerciendo un impacto en áreas críticas del desarrollo infantil, con perjuicios en el presente y a futuro en su desarrollo social, emocional y cognitivo, desorden de identidad ello se manifiesta en muy pobre Autoestima, sentimientos de inferioridad, comportamientos de timidez y miedo; o por el contrario, comportamientos de hiperactividad tratando de llamar la atención de las personas que les rodean, desarrollan sentimientos de tristeza y desmotivación, pudiendo llegar a un estado anímico deprimido, comportarse de forma autodestructiva y pueden llegar a la auto mutilación. El maltrato a los menores siempre ha existido desde los tiempos antiguos, pero no se había formulado derechos exclusivos para ellos por lo tanto los padres o personas mayores pensaban que tenían la autoridad sobre ellos. Ahora entiendo que nadie nace preparado para ser buen padre o madre, ahora si se trabaja en ello, hay Escuela de Padre, donde se busca concientizar más a la población adulta, que la salud de los menores debe ser cuidada de tal manera que no se exponga a un desequilibrio por causas de maltrato que puede ser de diferentes maneras y afectan de diversas maneras a los menores. Ahora se han intensificado conversaciones en los colegios referente a la violencia familiar y la manera de prevenirla para que en un futuro, al formar una familia no traten mal a sus hijos, que deben entender que dar una buena educación a los hijos no es pegarles ni hacerlos menos, sino por el contrario darles amor, cuidado, protección y formarse toda la familia con valores humanos y espirituales. Recomponer la familia no es fácil, pero si trabajamos para ello, con fe, convicción y valores, el MAÑANA PUEDE SER MEJOR. Dios une a la Familia. Roguemos para que como Padres de Familia nos ayude a formar y cuidar nuestro hogar, roguemos para que Dios proteja a los pequeños, a los hijos, y este atento a todas sus necesidades. Hemos de confiar, DIOS NOS ESCUCHA EN LA ORACION.
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