FAMILIA EN ORACION...AL ENCUENTRO CON JESUS...CORONA DE ROSAS PARA MAMA MARIA....
CIERTO ES:
Para los católicos el mejor sitio para que los niños aprendan a amar y a rezar es el hogar, y las necesidades, las obligaciones y el trabajo en la actual situación condiciona severamente al matrimonio y a la familia, pero que es obligación de todos evitar que se afecte la comunicación y el amor entre sus miembros. La oración en la familia es importante y se integra como elemento vital en los hábitos, actitudes, conductas y decisiones que desarrolla la familia haciéndola más consciente del amor a Dios y de la amorosa presencia maternal de María Santísima, que se transforma en hechos y testimonios de fé.
En la Carta Apostólica "Rosarium Virignis Mariae" de Sn. Juan PabloII, nos dice que el ROSARIO ES UNA ORACIÓN ORIENTADA POR SU NATURALEZA HACIA LA PAZ, por el hecho mismo de que contempla a Cristo, Príncipe de la paz y «nuestra paz» (Ef 2, 14). ES ADEMÁS ORACIÓN POR LA CARIDAD al favorecer el encuentro con Cristo en sus misterios, muestra también el rostro de Cristo en los hermanos, especialmente en los que más sufren. Es una invitación insistente y comunitaria, a "orar siempre sin desfallecer" (Lc 18,1). Además, es una ORACIÓN DE LA FAMILIA Y POR LA FAMILIA. La familia que reza unida, permanece unida, pues al rezarlo la familia contemplando a Jesús, cada uno de sus miembros recupera también la capacidad de volverse a mirar a los ojos, para comunicar, solidarizarse, perdonarse recíprocamente y comenzar de nuevo con un pacto de amor renovado por el Espíritu de Dios. LA FAMILIA QUE REZA UNIDA EL ROSARIO REPRODUCE UN POCO EL CLIMA DE LA CASA DE NAZARET: JESÚS ESTÁ EN EL CENTRO, se comparten con él alegrías y dolores, se ponen en sus manos a los hijos, las necesidades y proyectos, se obtienen de él la esperanza, la fuerza para el camino. REZAR CON EL ROSARIO POR LOS HIJOS, Y MEJOR AÚN, CON LOS HIJOS, ES UNA AYUDA ESPIRITUAL QUE NO SE DEBE MINIMIZAR, porque es un tesoro que se debe recuperar.."es dulce cadena que nos une con Dios." El Rosario es oración cristológica y mariana. Rezando el Rosario, recordamos, meditamos o contemplamos la vida de Jesús por medio de María, con Ella y en Ella. Son los misterios gozosos, luminosos, dolorosos, gloriosos que nos permiten ver a Cristo con el corazón y la mirada de su Madre. María nos lleva a Jesús, y Jesús nos lleva a María.
La oración al interior del seno familiar es un factor de cambio muy importante, que ayuda a superar los momentos difíciles e introducir el mensaje de Dios en cada momento de nuestras vidas. Estos momentos de oración compartida en familia tiene que convertirse en una actividad normal, pero respetando sus ritmos y sus momentos. El primer paso lo tiene que dar la pareja aprendiendo a orar ellos juntos. Una oración en pareja, sencilla, normal, sin demasiadas complicaciones, hace bien a la pareja creyente y es la base para asegurar la oración en los hijos. Cuando los hijos ven rezar a sus padres en el hogar, captan la importancia de esos momentos y perciben la presencia de Dios en el hogar. Cada familia tiene un estilo propio y ha de encontrar el modo concreto de integrar la oración en la vida del hogar. De esta forma, la oración compartida en familia debe darse no tan sólo en los familiares domingos, sino que debe ser extensiva a todos los momentos importantes de la familia, como pueden ser el agradecer por un cumpleaños o aniversario de bodas, rogar por la salud, por la pérdida de un ser querido, por necesidades de toda índole, por conversión de una persona, por momentos de angustia, soledad, miedo, protección, en fín todo aquello que debemos dejar confiadamente a las manos de Nuestro Señor en el diálogo amable y filial de oración. En todos esos momentos, Cristo toca la puerta de los corazones y quiere estar presente en medio de nuestra familia. LA ORACION NOS DA EL CAMINO PARA LLEGAR AL CORAZON DE JESUS..y es más, ES EL MISMO CAMINO POR EL QUE JESUS ENTRA A NUESTROS CORAZONES, A NUESTRA FAMILIA.
En la Carta Apostólica "Rosarium Virignis Mariae" de Sn. Juan PabloII, nos dice que el ROSARIO ES UNA ORACIÓN ORIENTADA POR SU NATURALEZA HACIA LA PAZ, por el hecho mismo de que contempla a Cristo, Príncipe de la paz y «nuestra paz» (Ef 2, 14). ES ADEMÁS ORACIÓN POR LA CARIDAD al favorecer el encuentro con Cristo en sus misterios, muestra también el rostro de Cristo en los hermanos, especialmente en los que más sufren. Es una invitación insistente y comunitaria, a "orar siempre sin desfallecer" (Lc 18,1). Además, es una ORACIÓN DE LA FAMILIA Y POR LA FAMILIA. La familia que reza unida, permanece unida, pues al rezarlo la familia contemplando a Jesús, cada uno de sus miembros recupera también la capacidad de volverse a mirar a los ojos, para comunicar, solidarizarse, perdonarse recíprocamente y comenzar de nuevo con un pacto de amor renovado por el Espíritu de Dios. LA FAMILIA QUE REZA UNIDA EL ROSARIO REPRODUCE UN POCO EL CLIMA DE LA CASA DE NAZARET: JESÚS ESTÁ EN EL CENTRO, se comparten con él alegrías y dolores, se ponen en sus manos a los hijos, las necesidades y proyectos, se obtienen de él la esperanza, la fuerza para el camino. REZAR CON EL ROSARIO POR LOS HIJOS, Y MEJOR AÚN, CON LOS HIJOS, ES UNA AYUDA ESPIRITUAL QUE NO SE DEBE MINIMIZAR, porque es un tesoro que se debe recuperar.."es dulce cadena que nos une con Dios." El Rosario es oración cristológica y mariana. Rezando el Rosario, recordamos, meditamos o contemplamos la vida de Jesús por medio de María, con Ella y en Ella. Son los misterios gozosos, luminosos, dolorosos, gloriosos que nos permiten ver a Cristo con el corazón y la mirada de su Madre. María nos lleva a Jesús, y Jesús nos lleva a María.
La oración al interior del seno familiar es un factor de cambio muy importante, que ayuda a superar los momentos difíciles e introducir el mensaje de Dios en cada momento de nuestras vidas. Estos momentos de oración compartida en familia tiene que convertirse en una actividad normal, pero respetando sus ritmos y sus momentos. El primer paso lo tiene que dar la pareja aprendiendo a orar ellos juntos. Una oración en pareja, sencilla, normal, sin demasiadas complicaciones, hace bien a la pareja creyente y es la base para asegurar la oración en los hijos. Cuando los hijos ven rezar a sus padres en el hogar, captan la importancia de esos momentos y perciben la presencia de Dios en el hogar. Cada familia tiene un estilo propio y ha de encontrar el modo concreto de integrar la oración en la vida del hogar. De esta forma, la oración compartida en familia debe darse no tan sólo en los familiares domingos, sino que debe ser extensiva a todos los momentos importantes de la familia, como pueden ser el agradecer por un cumpleaños o aniversario de bodas, rogar por la salud, por la pérdida de un ser querido, por necesidades de toda índole, por conversión de una persona, por momentos de angustia, soledad, miedo, protección, en fín todo aquello que debemos dejar confiadamente a las manos de Nuestro Señor en el diálogo amable y filial de oración. En todos esos momentos, Cristo toca la puerta de los corazones y quiere estar presente en medio de nuestra familia. LA ORACION NOS DA EL CAMINO PARA LLEGAR AL CORAZON DE JESUS..y es más, ES EL MISMO CAMINO POR EL QUE JESUS ENTRA A NUESTROS CORAZONES, A NUESTRA FAMILIA.
¡ Gracias Señor, por permitirnos experimentar la maravilla de tu Amor
Gracias Señor, por hacernos crecer en Amistad,
Gracias Señor, por hacernos sentir el calor de un Hogar
Gracias Señor por hacernos FAMILIA
Gracias por estar con nosotros!
! CONFIAMOS QUE SIEMPRE ESTAS A NUESTRO LADO,
QUE ERES NUESTRA ROCA FIRME, BALUARTE SEGURO!
..EN TI CONFIAMOS SEÑOR...
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