Muchísimos años atrás, me encontraba pasando unos días en casa de mi padre,
junto a mis pequeños hijos. Como todas
las mañanas, me aliste temprano y salí al trabajo. A los minutos de llegar,
recibo la llamada urgente de mi papá, comunicándome que el pequeño de mis hijos
había caído por el tragaluz del baño, del 2do, al 1er piso…y que le habían
llevado a Urgencias. Me angustie muchísimo, y mi jefe inmediatamente me
autorizo la salida, tome un taxi y ahí me percate que no sabía a cuál hospital
dirigirme, así que lo primero que hice fue ir a buscar a mi papá. Ya me esperaba en la puerta, y subió al taxi
y fuimos al centro de salud cercano, HOSPITAL SANTA ROSA, indagamos en
emergencias y ahí nos informaron que lo habían derivado a URGENCIAS DEL HOSPITAL DEL NIÑO, porque ahí
están mejores máquinas para tomar placas…Así, que salimos rumbo a urgencias de
este Hospital, al llegar nos encontramos con mis hermanos, y nos informaron que
le habían revisado muy bien y que estaban a la espera de los resultados. En este lugar, a un extremo está una pequeña
urna que contiene una bella imagen de la Virgen y en brazos al niñito Jesús,
era la VIRGEN MARIA AUXILIADORA. Me acerque y le pedí de corazón que cuide de
mi niño, que lo ampare y que se lo entregaba a su total amparo y protección…y
me puse a orar…ahí sentí que mi papá me cogía del brazo y me decía que ya
habían salido los resultados… TODO ESTA BIEN…sólo son pequeños golpes pero que
si era necesario que lo estuviéramos observando en casa…porque NOS LO PODIAMOS
LLEVAR A CASA… Tal era mi felicidad, y
no me cansaba de agradecer al doctor, cuando viene la enfermera de la
mano de mi chiquito… quien se abrazó muy feliz al vernos a todos…no lloró, pero
si estaba asustado con todo lo que le había pasado… Mi papá lo cargó y nos
acercamos a orar a Mamá María, ella ya sabía lo que le decía mi corazón
agradecido y retornamos a casa, ahí lo recibió su hermanito y se
abrazaron.
CIERTO ES:
Es importante recordar que todos los niños están expuestos a los accidentes
por el propio fenómeno de su evolución psicomotora. Existen pocos riesgos personales en el
lactante pequeño, el cual depende estrechamente de los que lo rodean y en quien
la patología accidental es casi siempre ocasionada por terceros: padres,
hermanos, cuidadores, etc. En realidad,
es a la edad en que el niño camina, cuando comienza verdaderamente el peligro
de los accidentes. Los Investigadores
refieren al niño: "Como un auténtico explorador, partiendo al
descubrimiento del mundo, recorriendo, observando, tocando, probándolo todo. Profesión apasionante pero no exenta de
riesgos; nuestro joven explorador posee una coordinación motora imperfecta, su
marcha es tambaleante, sus gestos inhábiles, su observación fragmentaria; no ve
más que una cosa a la vez y precisamente no distingue el peligro. Es víctima de
un mundo desconocido y lleno de trampas, donde los peligros se ocultan detrás
de experiencias engañosas". Estas
particularidades son las que explican el origen de los accidentes que amenazan
a los niños a diferentes edades: intoxicaciones en la etapa oral donde todo lo
lleva a la boca; asfixias por inmersión y quemaduras en tanto no hayan
aprendido a desconfiar del agua y del fuego y las inevitables caídas en la
etapa de la marcha incierta. Ello, por su propia naturaleza, todo niño
especialmente curioso, hurgador o muy activo, es muy propenso a sufrir un
accidente hasta que llegue a una edad en la cual la educación que recibe y la
experiencia, a veces desgraciada, lo harán más prudente. Y es en la vivienda el
lugar habitual de los accidentes de los niños menores de cinco años. Si bien es
difícil hacer una lista completa de los accidentes domésticos, se pueden
señalar entre los más frecuentes las intoxicaciones, heridas y cortaduras, asfixia, quemaduras, y
las caídas, entre otras más. Es por demás referir, que luego de ello, mi papá
colocó vallas en la parte superior e inferior de las escaleras, puso una reja
en el tragaluz, y le comenzamos a enseñar los lugares de peligro. Es una etapa
de formación y educación que poco a poco se fue dando hasta que adquirió conciencia de sus actos.
Don Bosco no inventó para María el título de “Auxiliadora”, sino que éste existía ya desde hacía muchísimo tiempo atrás en efecto, el título de María como “auxilio” ante el peligro ya se percibe en la primera oración a María que ha conservado la tradición cristiana: “Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios”. Amparar, proteger, auxiliar son acciones propias de una madre. Nuestra Madre está siempre dispuesta a ayudarnos, a servirnos con gran humildad, pero administra la Gracia para hacer el bien. Esta Madre de Misericordia vela por nosotros, haciendo todo lo posible para acercarnos a su Hijo, Jesucristo por medio de los Sacramentos y una conversión sincera y profunda. Gracias a la bondad de Dios, que nos dió a la Ssma. Virgen María como Madre nuestra, podemos recurrir a su protección e intercesión con gran confianza para avanzar en nuestro camino espiritual. Sta. María Auxiliadora, rogad por nosotros.
Nuestro Papa Francisco, nos planteó la imagen de Mamá María presta acudió al llamado de su prima Isabel, así cuando estamos nosotros, sus hijos, en dificultad, con necesidades, angustias, y la invocamos, ella rápidamente viene y esto nos da una seguridad de tener la Madre al lado, junto a nosotros siempre, acompañándonos en nuestro caminar en la vida y agregó, “sería bello agregar a las letanías de la Virgen una que diga así: ‘SEÑORA QUE VIENES RÁPIDAMENTE, ORA POR NOSOTROS’, porque ella va siempre rápidamente, no se olvida de sus hijos, no se hace esperar”. Y es la Madre que no se cansa de esperarnos, como nos recuerda la canción “Hoy he vuelto, Madre a recordar” por Cesáreo Gabaráin, que se oye en este vídeo:
En el devenir de nuestra vida, se nos presentan situaciones difíciles y pensamos que todo tiene un origen divino para estos
momentos de angustia y miedo: ¿Por qué Dios me manda esto?.. Si Dios nos ama, ¿por qué esta situación?. Bueno, la
respuesta no está en ello, sino que tratemos de encontrar un “uso divino” para
ello: ¿Cómo podré hacer de esto un acto de fé y de amor?. Porque así es como seguimos
a Cristo y como nos hacemos merecedores de la mirada misericordiosa del Padre. En
ese momento de su accidente, me sentía tan mal, con sentimientos de culpa, de
reproche, y el acercarme a la Mamá María Auxiliadora, me hizo reaccionar, me
hizo recordar que éste es el momento de la Fé y del amor. Me aferre a su
auxilio amoroso, por amor a mi hijo se
lo entregué a su amparo y protección, que cuide de él, y me sentí acompañada
por su amor… Mamá María siempre presente en toda mi vida, en la vida de mis
amores,…y de ello, tengo muchos recuerdos de su presencia viva en nuestra familia.
La presencia de María en la vida de la Iglesia y del
cristiano es algo permanente. Es como la presencia de la madre en una familia.
Cuánto bien ha hecho María Auxiliadora en la vida de todos nosotros, sus hijos
y cuánto más en el corazón de quienes se
acercan a ella con Fé y confianza, como un hijo hace con su madre, y abrirle el
corazón. Hay cosas que sólo se cuentan a una madre, y María nos conoce
perfectamente, nos comprende y nos ama. El concilio Vaticano II enseña que las diversas formas de piedad hacia
la Madre de Dios, teniendo en cuenta las circunstancias de lugar y tiempo,
hacen que, al honrar a la Madre, el Hijo sea más amado. Por ello recomienda que
la devoción a la Madre de Dios, a través de sus advocaciones, imágenes o
cuadros no debe venerar la imagen o el
cuadro como tal, sino a la persona representada porque la devoción a María, no un afecto estéril y
pasajero sino que necesita de una fé viva en Jesús.Don Bosco no inventó para María el título de “Auxiliadora”, sino que éste existía ya desde hacía muchísimo tiempo atrás en efecto, el título de María como “auxilio” ante el peligro ya se percibe en la primera oración a María que ha conservado la tradición cristiana: “Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios”. Amparar, proteger, auxiliar son acciones propias de una madre. Nuestra Madre está siempre dispuesta a ayudarnos, a servirnos con gran humildad, pero administra la Gracia para hacer el bien. Esta Madre de Misericordia vela por nosotros, haciendo todo lo posible para acercarnos a su Hijo, Jesucristo por medio de los Sacramentos y una conversión sincera y profunda. Gracias a la bondad de Dios, que nos dió a la Ssma. Virgen María como Madre nuestra, podemos recurrir a su protección e intercesión con gran confianza para avanzar en nuestro camino espiritual. Sta. María Auxiliadora, rogad por nosotros.
En la película La Pasión de Mel Gibson,
hay una escena significativa de Jesús portando la Cruz camino al Calvario. La
escena es cuando María ve a Jesús arrastrando la Cruz, en ese momento Nuestro
Señor cae y la Virgen recuerda una caída del Niño Jesús, mezclando por así
decirlo con el Jesús adulto... en ambas María corre impulsada por el infinito
amor de una Madre para socorrer a su Hijo. La Virgen María le dice las mismas
palabras en las dos situaciones: cuando consuela en el recuerdo al Niño Jesús
después de la caída y a Jesús adulto en su caída en la Pasión: -“ESTOY AQUÍ”.- En esta escena se condensa el
Amor de la Virgen hacia su Hijo. Cada vez que caemos por el desaliento, la
desesperanza, el miedo, la falta de caridad, el egoísmo... sobre todo es
reconfortante, pensar que tenemos a Nuestra Madre que nos consuela y nos ayuda.
Y que por medio de los amorosos brazos de María, si nos dejamos guiar, nadie
como Ella nos lleva hacia el camino que conduce a su Santo Hijo en nuestro día
a día.
Nuestro Papa Francisco, nos planteó la imagen de Mamá María presta acudió al llamado de su prima Isabel, así cuando estamos nosotros, sus hijos, en dificultad, con necesidades, angustias, y la invocamos, ella rápidamente viene y esto nos da una seguridad de tener la Madre al lado, junto a nosotros siempre, acompañándonos en nuestro caminar en la vida y agregó, “sería bello agregar a las letanías de la Virgen una que diga así: ‘SEÑORA QUE VIENES RÁPIDAMENTE, ORA POR NOSOTROS’, porque ella va siempre rápidamente, no se olvida de sus hijos, no se hace esperar”. Y es la Madre que no se cansa de esperarnos, como nos recuerda la canción “Hoy he vuelto, Madre a recordar” por Cesáreo Gabaráin, que se oye en este vídeo:
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