EL DIA QUE EL PESCADOR ME LLEVO A LA ORILLA DEL SEÑOR…
Cuando
se deja de confesar después de un buen
tiempo, que difícil se nos hace retomar esta bendita costumbre. Me daba mucha
vergüenza, pero deseaba intensamente hacerlo, lo necesitaba pues sentía que
mi vida empezaba a perder su rumbo. Necesitaba de Jesús, lo necesitaba para "renovar" mi vida, a darle un nuevo sentido. Lo
necesitaba para hacerlo más vivo en mi familia, para que me utilice y le
sirva a sus planes, lo necesitaba para formarme y tratar de llevar una vida
coherente con mi fé y mi amor a Dios, ser una hija comprometida y responsable
en todo momento y situación de vida, con un corazón que lleno de su amor,
desborde ese amor para los demás lo necesitaba para vivir una nueva vida, una
nueva experiencia en familia, en El, por El y con El. Así un domingo como
muchos y como siempre, estaba en misa, buscando acercarme al confesionario, y
primero ví una cola de espera larga, que en mi mente negó la posibilidad de
hacerlo ese día…pero también le dije a mi señor, que si era su voluntad.. sería
así. Pero luego fue disminuyendo pero a la par empezaba la comunión…ya no
había más personas esperando.. pero, el sacerdote continuaba esperando, lo
que normalmente así no se daba.. Termina una primera canción de comunión, se
da un silencio, y empieza la segunda , una muy bella que siempre escuchaba
pero completamente no la sentía, pero ese día toco todos mis sentidos, y
llego atravesando mi corazón , a mi espíritu. Era PESCADOR DE HOMBRES. Y si,
ahí estaba este pescador, buscando llevarme a la orilla del SEÑOR.. y ahí fue
directo al confesionario, con mis culpas, mi remordimientos, mis vergüenzas,
mis temores, pero más que nada con humildad
y mucha Fé a pedirle a Mi Señor que me abra las puertas de su corazón
porque sabía que él nunca me había dejado, siempre estuvo conmigo, aunque yo
le haya abandonado en algunas veces…Fue en medio de unas lágrimas, mi confesión más hermosa, porque sentí
plenamente la misericordia de Dios y muy amada por El. Leí que
San Agustín oraba “A ti solo,
[Señor Dios], se te ha de pedir, en ti se ha de buscar, a tu puerta se ha de
llamar; de este modo y sólo así, recibiremos lo pedido, lo encontraremos, y
se nos abrirá tu puerta. Amén Lo
cierto es, que a partir de ese día, el
escuchar esta canción PESCADOR DE HOMBRES, me lleva al reencuentro de mi
Señor, al encuentro de la Esperanza, del Amor y de la Misericordia, me siento
plenamente acompañada por El, confiando y esperando , viviendo de acuerdo a
los Planes de Vida que me tiene reservado PARA MÍ Y MI FAMILIA. Planes que el
SOÑO PARA CADA UNO DE NOSOTROS, Y PARA NOSOTROS COMO FAMILIA, Y LO AMAMOS Y
SABEMOS QUE NOS AMA.
ES CIERTO QUE.
Quien va a tomar la primera
Comunión debe confesarse antes de hacerlo. Quien ha cometido un pecado
mortal, también debe hacerlo, para recuperar la gracia antes de comulgar.
Quien está en estado de gracia no necesita hacerlo. La
Comunión Es una necesidad espiritual, pero tiene unos requerimientos básicos:
estar en estado de gracia y saber a
quién se recibe. La relación entre Eucaristía y Penitencia en la sociedad
actual depende mucho del sentido de pecado y del sentido de Dios. La
distinción entre bien y mal frecuentemente se transforma en una distinción
subjetiva. La fé
del corazón te procura la verdadera rectitud, y tu boca, que lo proclama, te
consigue la salvación (Rom 10,10). La confesión de su boca y la meditación de su corazón deben ir de la
mano para que su fé sea soltada y que el poder de Dios invada su situación. La vida familiar puede ser un lugar
privilegiado donde se aprenda en la práctica el valor humano y espiritual del
sacrificio y de la penitencia interior. El ambiente diario del hogar es una
maravillosa escuela de perdón, de paciencia, de comprensión recíproca, de
honestidad y sinceridad con Dios y con los demás.
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