UNA CANCION QUE LLEGA A DIOS, UNA ORACION QUE SE ELEVA A
DIOS…EL ESPIRITU QUE GOZA EN EL SEÑOR
El canto es el afecto del
corazón hecho música
El escuchar a los Hermanos del Instituto Religiosos San Juan Bautista cantar nos trajo recuerdos en la mente de un momento compartido con un amigo Sacerdote y su familia…
Nuestro amigo Sacerdote regreso a
casa a pedido de su mamá, quien le había comunicado que su papá se encontraba
muy delicado de salud. Fuimos a
visitarle a su casa a fin de compartir con la familia una oración. Efectivamente, le encontramos en casa, acompañando a su papá que estaba en
cama, al rato llego su mamá trayendo
medicinas. Compartimos con estos buenos
amigos el rezo del rosario, y recuerdo muy claramente, que su papá a duras
penas por el dolor, continuaba con el rezo del rosario, recitaba con mucha
devoción cada ave maría, y entre misterio y misterio, le pedía insistentemente
que le cantara su hijo, el Padre entonó bellas
canciones, que incluso el acompañaba cantando, y en otras con palmadas. Al término del rosario nos retiramos. A los días nos comunicaron que su salud
se había agravado y que estaba internado en cuidados intensivos. Fuimos a verlos, y nos permitieron saludar a estos amigos… Cuando ya nos
retirábamos, el Padre nos acompañó hasta la puerta del Pabellón , y en eso
vimos que una pareja de jóvenes se le acerco, con ojos llorosos a suplicarle …que por favor
fuera al cuarto de enfrente, en donde se hallaba su hermana, una joven que sufría
de cáncer, que en medio de sus angustias y dolores suplicaba ver a un
sacerdote… y ellos referían que desesperados salieron de la habitación, y ante
sus ojos solo vieron la sotana del Padre, y corrieron a buscarle…
Nosotros vimos en la expresión del rostro de Padre un primer signo de sorpresa, mientras nos decía, y “Yo, que tengo a mi propio padre mal… y Uds. que han venido a verlo”… , y nos dijo perdón pero no puedo acompañarlos, a lo que mi esposo le dijo que no se preocupara, que fuera no más, que le íbamos a esperar... así volteo a ver a los jóvenes nuevamente, cogiéndoles del brazo se fue con ellos.. Y nos quedamos esperando. Pasado un buen rato, salió el Padre, y nos comentó que la joven casi moribunda pidió confesarse, porque en este sacramento viene el gran abrazo de Dios que libera de todas las culpas, devuelve la paz y la alegría, da la fortaleza que faltaba en esos momentos, la curación espiritual, Y LUEGO, toda la familia compartió una oración Y SE quedaron mucho más tranquilos en paz con Dios.
A los días, nos enteramos que el
papá de este buen amigo Sacerdote, había fallecido.
ES CIERTO…
ean, pues, en nosotros a servidores de Cristo y a administradores de las obras misteriosas de Dios” 1 Cor 4,1
Los sacerdotes
participan de la misión de Cristo, enseñando la FE, nos guían, unen y animan y esencialmente nos dan los sacramentos. “Los fieles esperan de los sacerdotes que sean especialistas en promover el
encuentro entre el hombre y Dios, porque es siempre hermoso saber que en el momento del dolor y de la
enfermedad no estamos solos: el sacerdote y quienes están presentes durante la
Unción de los enfermos representan, en efecto, a toda la comunidad cristiana
que, como un único cuerpo nos reúne alrededor de quien sufre y de los
familiares, alimentando en ellos la fe y la esperanza, y sosteniéndolos con la
oración y el calor fraterno. Pero el consuelo más grande deriva del hecho de
que quien se hace presente en el sacramento es el Señor Jesús mismo, que nos
toma de la mano, nos acaricia como hacía con los enfermos y nos recuerda que le
pertenecemos y que nada —ni siquiera el mal y la muerte— podrá jamás separarnos
de Él” - Enseñanzas del Santo Padre Francisco sobre la
liturgia.
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