Hubo un
tiempo, que por circunstancias excepcionales, debía de trasladar todos los días
a primera hora de la mañana a mis hijos
pequeños a la casa de mi papá y de ahí dirigirme a mi centro de trabajo en
Lima… y para ello tomaba la misma línea de autobús… Mi hermana también se trasladaba a Lima para ir a su Universidad y
una que otra vez tomaba el autobús, y
salía a diferentes horas, de acuerdo al horario de sus clases... Bueno un día
nos pasó un hecho singular, anecdótico, yo lo llamo MILAGROSO… Una mañana estaba muy retrasada, como siempre
deje a mis niños, e inmediatamente tome
el primer bus que apareció en el paradero rumbo a mi trabajo... luego de más de 40 minutos, se acercó el
cobrador y pague con mi carnet universitario mi pasaje (porque aún estaba
terminando el ciclo), minutos después baje para ir a mi oficina… Como a las 3 horas, recibo una llamada de mi hermana para preguntarme si yo tenía mi carnet
universitario, cosa que me pareció muy extraña, y muy segura le respondí.. ¡CLARO, SI EN LA MAÑANA PAGUE CON EL MISMO!...
y mi hermana me dijo, ¡BUSCALO! … algo extrañada, cogí mi cartera y me di con la sorpresa,
buscaba y buscaba y no lo hallaba, y exclame ¡SE ME CAYO...LO PERDI...Y LO PEOR
ERA QUE TENIA QUE HACER TRAMITES EN LA UNIVERSIDAD Y SIN CARNET ME IBA A SER
DIFÍCIL Y PROBLEMÁTICO!!... Y mortificada le cuento por el teléfono a mi
hermana de esto, y me dice...”Gladys , no lo vas a creer, yo salí de casa como a las dos horas de lo que tu saliste, y
tome un bus de la casa, y al momento de bajar, un señor que estaba sentado a mi
lado me dice …”señorita este documento es suyo”…lo cojo...y mira era tu carnet
universitario que estaba entremetido en el cojín del asiento…y como nos
parecemos físicamente , el señor no dudo en dármelo… LE AGRADECI, LO METI EN MI
BOLSILLO, BAJE DEL BUS, Y TE HE LLAMADO…
Es un hecho,
que ambas tomamos el mismo bus a diferentes horas, que ambas nos hemos sentado
en el mismo asiento,…pero en el tiempo transcurrido, se suponen que debe haber
transcurrido un ido y vuelta de este bus, y deben haberse sentado muchas
personas…y ninguna de ellas se percató del carnet. Y sólo el acompañante ocasional de mi hermana
lo observo… Algunos pueden describir este hecho como CIRCUNSTANCIAL,
ANECDOTICO, ETC...ETC...PERO PARA MI FUE UN MILAGRO, O MÁS BIEN UNA AYUDADITA
DE MI QUERIDO ANGEL…
OJO…ojito:
La existencia de
los ángeles es una verdad de fé, son seres puramente espirituales, creados por
Dios. Sin embargo,
pueden tomar formas visibles, como sucedió al Arcángel San Rafael cuando
acompañó a Tobías en su viaje (cf. Tb 5,12) o cuando después de la Resurrección
y de la Ascensión de Nuestro Señor, aparecieron ángeles en formas humanas (cf.
Mc 16, 5 y Hch 1, 10). Sin embargo, los cuerpos que asumen los ángeles no
forman parte de su naturaleza; son meros instrumentos necesarios para
comunicarse visiblemente con los hombres. La misión de
los ángeles custodios es acompañar a cada hombre en el camino por la vida,
cuidarlo en la tierra de los peligros de alma y cuerpo, protegerlo del mal y
guiarlo en el difícil camino para llegar al Cielo. Se puede decir que es un
compañero de viaje que siempre está al lado de cada hombre, en las buenas y en
las malas. No se separa de él ni un solo momento. Está con él mientras trabaja,
mientras descansa, cuando se divierte, cuando reza, cuando le pide ayuda y
cuando no se la pide. No se aparta de él ni siquiera cuando pierde la gracia de
Dios por el pecado. Le prestará auxilio para enfrentarse con mejor ánimo a las
dificultades de la vida diaria y a las tentaciones que se presentan en la vida.
En “CAMINO”,
obra compuesta por San Josemaría Escrivá en 1933, leemos: «Ten confianza con tu
Ángel Custodio. Trátalo como un entrañable amigo -lo es- y sabrá hacerte mil
servicios en los asuntos ordinarios de cada día»… «Te pasmas porque tu ángel
custodio te ha hecho servicios patentes. Y no debías pasmarte: para eso le
colocó el Señor junto a ti»
Ángel de
Dios, que eres mi protector,
a mí que te
he sido confiado
por la
Piedad de Dios, ilumíname,
protégeme, guíame y condúceme. (Juan XXIII)
"Con todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de
Dios... son agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra (cf. Sal
103, 20)."
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