Hace un tiempo atrás,
me agrado asistir a la ceremonia de Renovación de Votos Matrimoniales por 50 años
BODAS DE ORO, de una pareja de amigos muy queridos. Mis Padres llegaron a celebrar sus 25 años de
matrimonio antes de la partida temprana de mamá. He conocido y conozco muchas parejas de
enamorados, que han sobrevivido a
diferentes circunstancias, tiempo y edad y aún se conservan estables, sólidos,
con una visión optimista de la vida familiar y convivencia conyugal… y me
pregunté ¿cuál sería el secreto en común?
Entonces observe que la respuesta estaba en el trato en dichas parejas,
y es que en lo común, dichas parejas mutuamente intercambiaban elogios de vez
en cuando y cuando las circunstancias las propiciaban... Y es que no se trata
de halagar por halagar, o de adular expresando emociones que no sentimos para
hacer sentir bien a la pareja…ello es más cruel porque se estaría fingiendo... Tal falta de sinceridad, fácil
de advertir, es una MENTIRA, y eso a la larga, hace más daño a la relación. Un
elogio sincero, RECONFORTA Y ANIMA. En
el tiempo, la relación de una pareja se
traduce en una verdadera amistad con el grato juego de intercambiar alabanzas. El
elogio imprime cordialidad y placer en lo simple, en lo cotidiano, y en el
tiempo considerar las virtudes de la pareja como algo ordinario, propio y
natural. De eso se trata, de expresar
los sentimientos de agrado en el momento,
si le agrada especialmente un rasgo de carácter o de conducta en su
pareja, debemos de expresárselo, una palabra de aliento que nos ayude a
reforzar en nosotros y en nuestra
pareja, la autoestima. “LAS PALABRAS AMABLES SON UN PANAL DE MIEL, DULCE AL PALADAR Y SALUDABLE
PARA EL CUERPO” (Prov.16, 24). Sin embargo, no todos tienen la
facilidad de expresar sus sentimientos,
prodigar caricias a través de palabras, porque un elogio se convierte en eso, y junto
a “una Caricia, una Sonrisa, un Oído atento, un Elogio sincero. Un mínimo
ACTO DE AMOR tiene el poder de TRANSFORMAR una VIDA. Por ello, se debe SI hacer el esfuerzo de ir
fomentando el decir y escuchar palabras
que siempre confirmen ese amor, y de
vez en cuando una palabra de aprecio y alabanza, porque así, son “MANZANAS DE ORO SOBRE UNA FUENTE DE PLATA, TAL ES LA PALABRA DICHA A SU
DEBIDO TIEMPO” (Prov.25, 11) , nuestras palabras
deberán ser para animar y fortalecer a nuestra pareja y a todos los que nos
rodean, manteniendo el interés mutuo, buscando sus buenas cualidades y
elogiándose sus buenas acciones “QUE CADA UNO DE NOSOTROS TRATE DE AGRADAR A
SU PRÓJIMO PARA EL BIEN, BUSCANDO SU EDIFICACIÓN”
(ROM.15, 2). Porque al
final, lo que vamos a lograr es ir construyendo nuestra FELICIDAD.
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