martes, 24 de marzo de 2015

SONRIE, SONRIE


MIS MUÑECOS…SURGEN DE LA IMAGEN SOÑADA QUE LOGRA UNA SONRISA.

Hoy miro mis manos, una enyesada, herida pero no vencida, y la otra ansiosa por hacer cosas… miro mi escritorio y las cajas cerradas…y se me vino a la mente escenas muy conocidas para mi…cajas llenas de telas, moldes recortados, caritas de muñecos, ojitos, narices, barbas, cajas con conos de hilos de diversos colores, muchas agujas, tijeras,etc., etc., quizás escenas muy conocidas por  las expertas costureras, a diferencia, que en mi caso, yo nunca he cogido una máquina de coser, y de niña, en las clases de manualidades me sacaba la mínima nota de aprobación porque no me gustaba aunque ahora creo más, que era porque no sabía coser…lo cierto es que  sin proponérmelo, me fuí involucrando en este mundo de telas y agujas sólo por el placer de disfrutar el tener un muñeco elaborado, cerraba los ojos y me lo imaginaba en un estante, en una mesa, o en las manos de alguien especial… cuando saboree ese instante en que termine de hacer mi primer muñeco navideño y más cuando esta alegría fue compartida por mi esposo y mis pequeños hijos, era apenas una  sencilla manualidad , pero motivo a la familia y nos llenaron de sonrisas… Mis hijos empezaron a realizar sus pequeñas manualidades navideñas y las colocábamos en nuestra sala, ocupando un sitio especial en casa. Es así que año tras año, el aporte que brindamos elaborado por nuestras manos ocupa un lugar especial en nuestro hogar. Ya pasaron muchos años desde ese primer muñeco y cada vez se incrementan con nuevos aportes, en cada  navidad se les saca de sus cajas, y los colocamos en el espacio reservado para nuestros afectos… Ya han pasado algunos meses, y aún se percibe en el recuerdo el ambiente navideño de mi hogar, y en específico de mi área de trabajo…y recuerdo a MIS MUÑECOS… Hice tantos..en un primer año confeccione alrededor de 40, 20 para mis familiares y 18 para las amistades y 2 me los quede…en los siguientes años  han ido aumentando, y más, porque desde hace dos años colaboro con mis hijos en la entrega de juguetes a niños, y para ello la primera vez confeccione 60 muñequitas, y esta última navidad 100 noeles... aparte 40 muñecos para la familia, 60 para las amistades y 5  quedaron en casa…

Bueno, ahí están mis muñequitos, adornando la navidad de mi casa y de muchos familiares y amigos…y bien esto no tendría nada de especial, sino fuera por el hecho de que están confeccionados a mano,  de manera artesanal, utilizando algunos elementos reciclados, mezclando técnicas de cartapesta de papel , costura  y otros moldeados en papel mache. Y por  lo mismo,  por más que los hago en serie, ninguno me sale igual al otro, cada uno tiene diferentes características, y por tanto, los hace únicos.           Cuando los tengo en mis manos, disfruto el llenarles de detalles, a veces muy simples un lazo, un moño, un adorno y en otras veces con una tarjetita en la que escribo un pensamiento o deseo, imaginando que quién lo va a recibir, pueda recibir el calor de mi amistad, de mi Afecto. 

En las reuniones que tenemos en casa, en fechas motivas como día de la mamá, del papi, del amigo, los reencuentros navideños y jornadas de regalos,  con los familiares, amigos, vecinos, amigos de mis hijos, de los grupos de oración, etc., nos agrada atenderles y es propicia la ocasión para retribuirles con un afecto nuestro: un detalle, una manualidad, un muñeco de obsequio…      

Sí, mi memoria recrea muchas caritas con hermosas sonrisas,  que con asombro me lo recibían, otras que gozosas y presurosas me estiraban las manos, y también hubieron algunas que lo cogieron, le miraron y lo dejaron a un lado… He recordado,  que muchas amigas sonrientes me enseñaban en su sala donde estaban colocados estos muñecos, he visto en casa de familiares que en un espacio especial estaban colocados una serie de mis muñecos que iban coleccionando año tras año, y las sonrisas que los recuerdos despertaban ; en una jornada de navidad que hicieron mis hijos junto con sus amigos, regalaron las muñecas , y una de ellas se la dieron a una ancianita, que con una enorme sonrisa, emocionada y feliz la abrazaba…cuando me lo contaron, me sacaron una sonrisa y ello me lleno de alegría, fue suficiente para recibir un buen pago por mi aporte, porque una sola sonrisa sincera es suficiente para sentirme recompensada en todo sentido y más, me incentiva para hacer un poco más…” El trabajo más productivo es el que sale de las manos de una persona contenta” –V. Pauchet… Así que, miro nuevamente mis manos, y les digo, ¡¡ vamos, a sanar pronto, van a estar bien, esto se supera, porque pronto tenemos otra jornada de trabajo, lo poco que sé a la obra del Señor, y se necesitan las dos manos, una sola no es suficiente, una a la otra, diestra y siniestra a funcionar, a ganar sonrisas!!  Que Nuestro Buen Señor nos va a ayudar y nos regalara su hermosa sonrisa.

CIERTO ES

Leí que “cada trabajo que tienes es un autorretrato de ti. Cada día que trabajas te pintas a ti mismo. En ese sentido todos somos autoempleados, porque somos nosotros los que ponemos los límites”.

“Los pensamientos son las manos del alma que modelan la vida del hombre” (Dr.Angel Escudero). Todos pensamos y queremos hacer muchas cosas, o al menos hacerlas y que nos resulten bien, buscamos con afecto brindar afecto,  que nos agraden y agraden a otras personas, que nos hagan sonreir y más, logren una pequeña o gran sonrisa…y ponemos nuestros medios, entusiasmo, tiempo, esfuerzo en hacerlo…a veces se logra y otras no…queremos y creemos hacer lo mejor y es Dios que  juzgara  las intenciones “Cada cual justifica sus decisiones, pero Yahvé sopesa los espíritus. Encomienda tus obras a Yahvé, y tus proyectos se realizarán” Prov.16 2-3.  Y esto debe ser el marcador de nuestra vida, un trabajar con mucho ánimo,  asumiendo retos especialmente en el obrar de nuestras vidas, en la obra del Señor. Porque a veces no basta poseer  un talento extraordinario, habilidades y conocimientos para desarrollar un trabajo, una obra que nos de alegría y genere alegría, una sonrisa en los demás, se requiere de poner ánimo de corazón, lograr ser más diligentes con lo que el Señor nos ha encomendado. Una sonrisa es mi mejor paga. Existe la creencia que la sonrisa es la consecuencia visible de sentirse bien. Que uno primero debe estar de buen ánimo antes de poder sonreír. Sin embargo, Charles Darwin enunció la Teoría de la respuesta facial, según la cual, el acto mismo de sonreír realmente nos hace sentir mejor, en vez de considerar la sonrisa sólo como el resultado de sentirse bien. Esto nos explica por qué es beneficioso hacer sonreír a alguien que no está pasando por un buen momento y aún más interesante, cuando estamos mal nosotros, cambiar nuestra sonrisa y nuestra postura corporal nos ayuda a transformar nuestras emociones. Sonreír es trasmitir la belleza de tu alma, tu armonía de vida en medio de tus problemas y dolores. Es compartir la felicidad vivida que inunda tu alma, mostrar en tu rostro, actitudes y acciones la alegría del Espíritu, un instante en el que se reúne los espíritus, un espacio de tiempo en que los corazones palpitan juntos, el dar y el recibir, un regalo de Dios que trasciende…es la sonrisa de Dios a nuestras vidas, que nos pone en nuestros corazones y que debemos compartirla en nuestro obrar diario : “Tú has hecho que mi corazón rebose de alegría, alegría mayor que la que tienen los que disfrutan de trigo y vino en abundancia”  (Sal 4,8).  Y ello vale más que todas las riquezas juntas. SONRIE, SONRIE.
 

 

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