MI CAIDA Y LA AYUDA DE MI ANGEL
Hace un tiempo, me sucedió un
hecho inusual. Bajaba por las escaleras de mi casa, y a mitad de la
misma, sentí que simultáneamente mis dos piernas eran jaladas hacia adelante, inconscientemente
extendí los brazos al cielo, y mi mente
se preparaba en milésimos de segundos, para sentir los golpes en la sentadera,
o en la espalda al chocar contra los
peldaños de la escalera…ERA INMINENTE LA CAIDA…VIOLENTA Y RAPIDA…POR DEMAS
DOLOROSA…y sin embargo ocurrió algo que para mí resulta inexplicable… en
cuestión de segundos que me parecieron eternos, sentí claramente una presión
suave y segura como si alguien o algo me cogía de las axilas de ambos brazos,
haciendo que estos se alcen al cielo (lo normal o por instinto de protección,
uno busca cogerse de algo)… de forma tal que mi cuerpo cayo suavemente,
deslizándome por encima de los bordes de
los peldaños, sin golpearme… llegue a sentir cada escalón por el que me
deslizaba a manera de un tobogán o algo similar, siempre con los brazos
alzados, sintiendo que era sostenida… y así llegue hasta el piso sin recibir
golpe alguna en parte de mi cuerpo. La
primera sensación que me vino, fue de sentirme protegida, cuidada, salvada… y
con ello sobrevino, una alegría intensa, y una alabanza en agradecimiento a
Nuestro Señor JESUS, que en su divina misericordia me protegió y envió a mi ángel
custodio, para que me guarde… Me levanté, y me sentí tan bien, que continúe con
mis labores del día, pero llena de la alegría del SEÑOR.
CIERTO ES:
Un análisis objetivo nos refiere que el término reflejo se define como
la respuesta automática e involuntaria que realiza un ser vivo ante la
presencia de un determinado estímulo. La respuesta refleja implica generalmente
un movimiento. Ante lo inminente de la caída, el cuerpo de por sí busca su
equilibrio y por reflejo se extiende los brazos abiertos estirados en cruz, en
este caso, la respuesta motora de mi
cuerpo, que se dió “sin pasar por el cerebro” o sin control voluntario del
mismo, fue alzar los brazos rectos al aire…
En mi parecer espiritual, a la luz de una VERDAD DE FE, el catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que los Ángeles sí
existen. Son seres espirituales que contemplan constantemente a Dios (Mt 18,10),
están atentos a sus órdenes y a la voz de su palabra (Sal 103,20). Dios nos ama
infinitamente y ha dispuesto un ángel especialmente para cada de nosotros, es
nuestro CUSTODIO, el que nos GUARDA y está para darnos AUXILIO ESPIRITUAL, MATERIAL.
PROTEGERTE DE LOS PELIGROS DEL ALMA, Y DE LOS PELIGROS DEL CUERPO…por ejemplo
un choque, un accidente, una enfermedad, o porque no, un tropiezo o caída como
la que refiero… La Biblia dice: ¨Te enviará a sus ángeles para que no tropieces
en piedra alguna¨ (Sal 90,11).
A veces tenemos también otras “caídas” fuertes, emocionales
y la presencia de Dios se hace presente en esta crisis emocional porque Dios
cuida nuestra vida en el momento de angustia y dolor y nos consuela por medio
de su Santo Espíritu, ayudándonos a entender que es necesario liberar nuestras emociones
dolorosas y aceptar que los hechos del pasado no podrán cambiar pero sí nuestra
actitud hacia ellos. “OLVIDARÁS TU
AFLICCIÓN, COMO AGUAS QUE HAN PASADO LAS RECORDARÁS. TU VIDA SERÁ MÁS RADIANTE
QUE EL MEDIODÍA Y HASTA LA OSCURIDAD SERÁ COMO LA MAÑANA" (JOB 11:16-17).
Está escrito en la Biblia: “ALARGO A TI MIS MANOS,
MI ALMA ES UNA TIERRA SEDIENTA DE TI” (Salmo 143,6). Ante una caída debemos acudir al Padre
Nuestro que está en el cielo, alzando los brazos como para encontrarnos con
nuestro Padre. No es que lo busquemos en las alturas. Dios está en todas partes
pero hacemos, en realidad, un gesto de ascender buscando también nuestro
origen, que siempre está como “más allá” de nosotros. De Dios somos. A él
evocamos, invocamos y tendemos. Dios está presente siempre en todo, actuando y
soñando con nosotros y en nosotros. Su poder es absoluto y misericordioso. Si
Dios tiene el control sobre la tierra y todo cuanto vive en ella y más de ella,
tiene control sobre nuestras vidas, cuanto más en nuestras aflicciones,
cuidando nuestras emociones, nuestros sentimientos, nuestras luchas internas, nuestras
circunstancias. Jesús dentro de nosotros, en nuestro corazón dispuesto para
ayudarnos y guiarnos “EL SEÑOR DA SU MANO A TODOS LOS QUE CAEN Y AYUDA A
LEVANTARSE A TODOS LOS POSTRADOS” (Salmo 145,14). Y con toda seguridad, a nuestro lado estará su enviado custodio...NUESTRO AMIGO CELESTIAL, NUESTRO ANGEL...